Para poder proteger el
cutis de la manera más eficaz posible, es necesario conocer qué tipo de piel
tenemos:
SECA.-las glándulas sebáceas tienen menos actividad, ya que no están bien lubricadas. En personas jóvenes puede presentar un aspecto estupendo, pues es fina y con los poros más bien cerrados, pero es muy vulnerable al sol y al frío, y tiende a arrugarse más que otras.
NORMAL.-es flexible y
resistente;sus poros son apenas perceptibles; se ve luminosa y se percibe fina.
Sus glándulas sebáceas tienen un comportamiento bastante regular. Se broncea de
forma uniforme.
MIXTA.-es el tipo de piel
más común. Es algo más gruesa que la normal y presenta una zona donde posee más
grasa que en el resto del rostro, la conocida "zona T", que incluye
las áreas de la frente, la nariz y el mentón.
GRASA.-tiene exceso de
lubricación, las glándulas sebáceas son muy activas. Es más gruesa que las
anteriores y soporta mejor las agresiones del medio ambiente. Pero aunque
tienda a ajarse y a arrugarse menos, su inconveniente son los brillos que
deslucen el aspecto del rostro.
PARA SABER MÁS...
pincha
sobre la Etiqueta que pone Cremas faciales (en la columna de la
derecha de este blog) y te aparecerán los tipos de cremas que elaboro en
función de las necesidades específicas de cada piel. Ejemplo: Crema de Noche de
Rosa Mosqueta y Argán.
La mayoría de mis cremas son aptas para vegan@s, utilizando productos 100% vegetal y sin aceite de palma. Sólo escepcionalmente utilizo ingredientes como la cera de abejas o los propóleos, procedentes de animales vivos y de ganadería ecológica, lo cual queda claramente indicado en la etiqueta.
Ya llevo un mes usando esta crema y estoy encantada. Cada día que pasa, mi piel lo agradece más.
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