Curro es un hurón albino que tiene cinco años y vive con María Herrada y Santiago Belmonte en su granja de Píñar. Es bueno y juguetón. De vez en cuando le dan un baño para atenuar el olor de sus glándulas odoríferas, que utiliza para marcar su territorio o como estímulo defensivo.
La piel del hurón tiene un ph similar a la de un gato y necesita un champú específico que proteja su manto hidrolipídico, su flora cutánea y su hidratación. Utilizar un champú de humanos no es una buena idea.
Para nutrir el pelaje de Curro he utilizado Aceite de Germen de Trigo. El Pantenol o Provitamina B5 lo hace más suave, brilllante y resistente, a la vez que calma la piel del animal. El Aloe Vera también proteje su film hidrolipídico y le acondiciona el pelaje.
Como agentes limpiadores he utilizado dos tensioactivos suaves derivados del aceite de coco, Decyl y Coco glucoside.
Para evitar parásitos he añadido Vinagre de Quassia y una pequeña proporción de Aceites Esenciales de Árbol de Té y Lavanda (demasiada cantidad podría provocar el efecto contrario y Curro podría estimular sus glándulas odoríferas para camuflar un olor que él consideraría extraño).
Como Curro es blanco, la violeta de genciana potenciará su color natural evitando que amarillee.
Y lo mejor de todo, parece que a Curro le gusta mucho que lo bañen.